Así que tu prejuicio no tiene que ser contra una cierta raza o religión, podría ser contra la riqueza. Los que no tienen nada podrían tener prejuicios contra los ricos, y los ricos pueden tener prejuicios contra otra cosa, y esto ocurre en todo el mundo. Estos son los edificios de los que se habla en el capítulo 13 del Libro de Marcos: “Veis estos grandes edificios? Os digo que no quedará piedra sobre piedra, sino que todo será derribado” (versículo 2). Así que, si hoy lo tienes, sé que Dios ha planeado y proyectado tu redención y nadie quedará sin redimir. Y así, él lo planeará y diseñará la escena por la cual el prejuicio se derrumba en tu presencia y te enamoras de aquello que antes odiabas. Y así, realmente te enamoras de ello.

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