5/4/68
La culminación de la enseñanza de Jesús se alcanza en el pensamiento de la unión mística del discípulo con el Padre y el Hijo a través del Espíritu.
Ahora, antes que nada, déjame explicarte qué quiero decir con Jesús y qué quiero decir con discípulo. Jesús es el hombre modelo. “Él me ha dado a conocer el propósito de su voluntad, el cual propuso en Cristo como plan, como modelo para la plenitud de los tiempos” (Efesios 1:9). Entonces ese plan, ese propósito, revelado en un modelo es Jesucristo, el hombre modelo. La palabra discípulo simplemente significa "aprendiz". Cualquiera que escuche de aquel en quien el patrón se ha desarrollado, lo crea y aprenda más y más acerca del patrón es un discípulo. Podrías pensar en la tradición de Pedro, Santiago y Juan. No... lo eres... si lo crees. Cualquiera que escuche el modelo, este increíble modelo de salvación, y crea en él, es un discípulo. Y luego aprende más y más sobre el patrón. Entonces eso es lo que quiero decir con esta unión mística del discípulo, el que aprende, el que lo escuchó, con el Padre y el Hijo de quienes habla el patrón; porque él está hablando de su propio desarrollo del Padre y del Hijo y esto se logra a través del Espíritu.