El Misterio de la Gracia

Así que cuando el todo que él escogió ante el mundo fue—y lo escogió en él y lo destinó en amor conforme al propósito de su voluntad; nadie podrá detenerlo: ese cuerpo resucitará por completo, cada uno dotado de ese don especial de gracia.
El Misterio de la Gracia

10/01/69

Esta noche es “El Misterio de la Gracia”. La gracia es muy diferente a lo que al hombre se le enseña a creer. La gracia es el regalo de Dios al hombre, un regalo inmerecido, inmerecido . No es un deber del hombre, no se confiere como recompensa, es un don gratuito de Dios al hombre. Somos salvos por gracia. Se nos dice que Dios nos escogió en él antes de la fundación del mundo. Antes de la creación física nos eligió, eligió todo lo que ves en este mundo, para que seamos santos e irreprochables delante de él. Él nos destinó en amor a ser sus hijos en Cristo Jesús, según el propósito de su voluntad. Por lo tanto, nadie en la eternidad puede impedir que ese propósito llegue a su plenitud. Dios mismo está presente en la lucha histórica que dirige el curso de la historia humana hacia su propio fin.

Ahora se nos dan diferentes dones, todas las variadas dotaciones que tú y yo traemos. Y podemos traerlo porque lo recibimos como don a la vida corporativa del cuerpo del Señor resucitado. Se les llama dones de gracia. El mayor de estos dones, superando con creces a dones más espectaculares como el de lenguas, es el amor. Imagínate que te enfrentas a un público de mil, no hay dos que hablen la misma lengua, no se pueden comunicar... y te diriges a un público de mil que no pueden comunicarse y cada uno te escucha en su propia lengua en la que nacieron, como nos dice el 2do capítulo de Hechos. Cada uno de los mil presentes te escucha en su propia lengua en la que nacieron. Es un regalo espectacular. Pero el don del amor es el don de Dios mismo, porque Dios es amor; porque todos los demás dones son atributos de Dios y son esenciales para la vida corporativa del Señor resucitado. Pero cuando Dios os da amor, os da a sí mismo... porque Dios es amor. Poder, sabiduría, todos estos son atributos de Dios. El don de profecía, incluso el del apóstol, todos estos son atributos de Dios y todos estos, por maravillosos que sean y esenciales para el cuerpo del Señor resucitado, son atributos. Pero cuando Dios te da amor, en realidad te ha dado a sí mismo.

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