La Imaginación Divina no tiene restricciones. La imaginación humana tiene una restricción para creer. “Al que cree todo le es posible”. Entonces equiparan al hombre: él está hablando de ti con Dios, pero en este nivel es creer. ¿Puedes creerlo? No existe otra limitación que la capacidad del hombre de creer lo que ha imaginado. “Al que cree todo le es posible”. Entonces, la única restricción impuesta al hombre es su capacidad de creer lo que su razón, lo que sus sentidos niegan, eso es todo. Ninguna otra restricción.
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