Y así, en ese mismo momento en que rechazó la idea de acercarse para hacer ese llamado, rechazó y le dio la espalda al diablo llamado anticristo. No hay otro diablo. El Anticristo es sólo el individuo o la idea que negaría la verdad del misterio cristiano, esta gran historia tal como se cuenta en el mundo. Entonces en ese mismo momento se da vuelta y una vez más invocó el gran misterio, y con su hija subieron al taxi. Luego, al cabo de un minuto, viene el otro taxi directamente hacia ellos y les dice: “Tengo un pasajero esperándome, son cuatro, así que debo irme. Pero llamaré a la base y les enviaré un taxi”.